Una de las características definitorias de nuestra época es el arribo de la mujer a todos los campos de la cultura y en especial a aquellas en los que había estado tradicionalmente ausente, como en la filosofía. Su brillante incorporación a ésta en el presente siglo ha supuesto un impacto tan definitivo que podemos hablar de un giro fundamental en la especulación filosófica. La mujer actual ha demostrado no sólo su capacidad, tantas veces minusvalorada, para acceder a todos los campos de la actividad humana, sino además que sólo en la complementariedad de los géneros se da la plenitud de lo humano, que adquiere su expresión suprema en la realización de la persona. Tengo especialmente presente en este trabajo los estudios sobre la mujer realizados por maría Zambrano y su compañero y amigo Gustavo Pittaluga.