El siglo II después de Cristo, fue la época de los mejores emperadores que tuvo Roma, después de Augusto; así, Nerva, Trajano Adriano, Antonio Pio y Marco Aurelio representan lo que se ha dado en llamar la "Edad de oro de los Antoninos". Comienza este trabajo al final de ese siglo, en el año 193, cuando la turbulenta Era de golpes de estado que a la larga llevarían a la ruina a Roma se encabezaba con el magnicidio de Cómmodo. Trata esta obra de una figura sencilla y de humilde origen, hijo de un liberto, que alcanza por sus propios méritos la máxima magistratura del Imperio Romano. Nos referimos al emperador Publio Helvio, de sobrenombre Pertinax. Apenas gobernó tres meses, desde el 1 de Enero del año 193 al 28 de Marzo en que fue asesinado. Este casi desconocido príncipe, que se situaba en la tradición de sus mejores predecesores, concibió sorprendentes proyectos en tan corto espacio de tiempo.